Más allá de problemática de diagnosticar el dolor crónico, de tratarlo y, como no, de conseguir que los pacientes con este problema consigan tener una vida normal, los profesionales médicos tienen que hacer frente a una serie de inconvenientes que -de no dar con la solución- pueden terminar en la frustración e insatisfacción de los especialistas.
Y es que además de los puntos anteriores, los profesionales médicos que atienen a los pacientes con dolor crónico no pueden dedicar a éstos todo el tiempo que les gustaría y que se debería. Todo ello sumado a tener que desarrollar su trabajo en un entorno de escasa coordinación con otros profesionales.
Con estas dos afirmaciones queda claro que el dolor crónico no sólo es un problema para quien lo padece sino también para quien cuenta con el cometido de dar solución a ese dolor y que no son otros que los profesionales médicos.
Así se evidencia en el último estudio realizado por el Observatorio del Dolor de la Cátedra Externa del Dolor Fundación Grünenthal-Universidad de Cádiz en el que se analiza el dolor crónico desde la perspectiva de los médicos de diferentes especialidades.
Unos especialistas que han puesto de manifiesto una clarísima “falta de una comunicación eficaz entre profesionales sanitarios y una descoordinación de los distintos niveles asistenciales”, dos de los problemas principalmente identificados por los médicos a la hora de tratar a todos aquellos pacientes que en su día a día viven con dolor crónico.
En el estudio llevado a término por el equipo del Observatorio del Dolor se apunta que el 55,6% de los especialistas encuestados (es decir, más de la mitad) habrían admitido que esa falta de tiempo es uno de los motivos fundamentales por los que se sienten insatisfechos, frustrados.
La mejora de la coordinación entre los distintos especialistas ofreciendo un enfoque multidisciplinar a los pacientes junto con el incremento del tiempo dedicado a la atención permitiría mejorar la asistencia prestada y la información prestada al paciente y su entorno.