Aunque para quienes no lo padecen, sufrir dolor puede parecer simplemente eso (“tener un dolor y sufrirlo“), lo cierto es que ser víctima de un dolor crónico va mucho más allá. Sufrir dolor supone tener que experimentar cambios en el entorno familiar e incomprensión en el social, dos problemáticas que aún a día de hoy siguen siendo poco valoradas por los especialistas.
A esta conclusión ha llegado el equipo del Observatorio del Dolor de la Cátedra Externa del Dolor Fundación Grünenthal-Universidad de Cádiz tras llevar a término un estudio en el que tiene en cuenta el entorno social y familiar desde la perspectiva de los médicos de diferentes especialidades.
Un estudio en el que participaron 257 profesionales de especialidades implicadas en la atención y el tratamiento del dolor crónico (DC) como son medicina general y familiar, rehabilitación o hasta oncología médica.
Tras varias comprobaciones, el estudio realizado por el equipo del Observatorio del Dolor mostró que si bien los médicos daban prioridad a algunos aspectos como la calidad de vida del paciente, su estado de ánimo, la ansiedad o el sueño en la exploración del dolor; los especialistas parecían estar menos interesados en las consecuencias del DC en el paciente y su entorno familiar.
Un hecho que se traduce en que casi un 15 por ciento de los especialistas encuestados por el Observatorio afirma que nunca o casi nunca exploran estos aspectos.
Dado que son factores que pueden potenciar la problemática del dolor crónico así como sus consecuencias, es especialmente relevante que el conjunto de médicos y especialistas tengan en cuenta esta realidad.